Denominada “el Mar de Campos”, se cree que pudo llegar a alcanzar las más de 4.000 hectáreas; sin embargo, actualmente, La Nava es una laguna artificial que fue recuperada en los años 90 y que cuenta con una extensión de 420 hectáreas.

Debido a su carácter artificial, el agua se introduce todos los años en el mes de octubre, imitando el ciclo natural de cualquier laguna natural: inundación en otoño e invierno y desecación durante la época estival.

Ha sido posible albergar zonas de conservación y protección para las aves, además de tierras de uso de pastoreo tradicional. Durante los meses de otoño e invierno, se verán hasta 20.000 aves, entre ellas gansos y patos del norte de Europa, mientras que en primavera y verano habrá mayor variedad de especies que estarán de paso o anidando en la laguna.